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17 jun 2025
23:24
La violencia que sacudió la localidad potosina de Llallagua el pasado fin de semana tuvo un componente alarmante: al menos cuatro francotiradores, situados en puntos estratégicos, dispararon contra el contingente policial que intentaba despejar los bloqueos. Así lo confirmó el director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), coronel Walter Sossa.
De acuerdo con el informe brindado este martes, los tiradores estaban atrincherados en casamatas improvisadas, construidas para permitirles abrir fuego sin ser detectados. “Un primer punto tenía una visión generalizada de la localidad de Llallagua. El segundo vigilaba los accesos hacia Huanuni, el tercero reforzaba ese control, y el cuarto estaba estratégicamente ubicado para disparar desde 200 metros de distancia”, detalló Sossa.
Los peritajes de balística apuntan a que los agresores utilizaron fusiles de alto poder. Cerca del lugar donde uno de los policías perdió la vida se halló una vaina compatible con este tipo de arma. Las autoridades sostienen que los ataques fueron planificados, ya que en los refugios se encontraron restos de alimentos y botellas de agua.
El saldo de los enfrentamientos es trágico: cuatro policías muertos, dos civiles fallecidos y 203 personas heridas —entre ellos 108 policías, 16 profesionales de salud y 79 civiles—. Además, fueron arrestadas o aprehendidas 143 personas y se incautaron cerca de 2,2 millones de bolivianos, presuntamente destinados a financiar las movilizaciones.
Las investigaciones continúan para identificar a los autores materiales e intelectuales de estos hechos que conmocionan al país.
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